martes, 19 de agosto de 2008

Psicología del Emprendimiento; Aspectos Cognitivos y Afectivos

¿Cuál es la naturaleza del pensamiento emprendedor? ¿Qué fenómenos cognitivos están asociados a la búsqueda de oportunidades y la acción? ¿Las oportunidades son descubiertas o construidas? ¿Cómo aprende el emprendedor a ver oportunidades?. Estas son algunas preguntas que este artículo busca mostrar en base a las investigaciones realizadas en Psicología del Emprendimiento sobre los aspectos cognitivos de este proceso, los que se han focalizado en el tema de la búsqueda de oportunidades como directriz de las investigaciones.
Acercase a la cognición desde la psicología implica considerar temas como el proceso de percepción, el proceso de toma de decisiones, la representación del conocimiento, el aprendizaje y desarrollo cognitivo.
Dentro de los modelos más recientes y prometedores en la comprensión cognitiva de la búsqueda de oportunidades por parte del emprendedor está el Modelo de Intenciones adaptado de Shapero, 1982 por Kreuger, 2000, cuyas bases pueden encontrase en la Teoría de la Acción Razonada y el Comportamiento Planificado. Este modelo (ver figura) esencialmente señala que la acción emprendedora deriva de la intención a comprometerse en dicha acción; por su parte dicha intención resulta de la percepción de una oportunidad que visualiza el emprendedor y que estaría moderada por la propensión a tomar acción en la nueva oportunidad la que para algunos investigadores se relaciona con el deseo de tomar control o con el locus de control, conceptos que han sido significativos en la predicción de las intenciones de emprender.
La percepción de la oportunidad tiene sus antecedentes claves en considerar que una situación es positiva y está dentro del control personal; contrariamente una situación que es vista como negativa y fuera del control personal sería una amenaza. Este sentido de competencia percibida o auto-eficacia resulta importante ya que influencia la toma de riesgo que implica la acción o tarea en la que el emprendedor se podría involucrar. De esta manera una oportunidad “creíble” depende del grado de deseabilidad personal y social percibido por el emprendedor y de la viabilidad personal y social percibida de dicha oportunidad. Finalmente, el emprendedor no opera en el vacío, existen factores exógenos que moderan la percepción de oportunidades tales como la actividad económica, la cultura, las normas y claves sociales, aspectos que pueden afectar la percepción de auto-eficacia y de oportunidad.

Modelo de Intenciones
(Adaptado de Shapero, 1982; Kreuger & Brazeal,1994; Krueger, 2000)


Los fenómenos de tipo cognitivos tales como las intenciones o la percepción de las oportunidades pueden encontrar sustrato en la estructura cognitiva más profunda y para acercarse a ella los investigadores han recurrido a los mapas causales, los esquemas (mecanismos cognitivos para categorizar la información de entrada), los guiones o scripts (mecanismos cognitivos que dan cuenta de los elementos claves en una situación de decisión y la probabilidad de ordenamiento de los eventos) y al proceso de reconocimiento de patrones.

Otros modelos

Otros modelos del proceso emprendedor ligados a los aspectos cognitivos de creación de un nuevo negocio se han centrado en (1) la generación de ideas para producir nuevos productos o servicios (2) el reconocimiento de oportunidades de negocio relacionado a esas ideas (3) el proceso de obtención de recursos necesarios para desarrollar la nueva aventura.

A la base de la generación de ideas está el uso de conceptos al servicio del proceso creativo. Los conceptos pueden ser combinados (por ejemplo teléfono y cámara) o expandidos directamente (por ejemplo estación de bencina a estación de servicio) o por medio de analogías percibiendo similaridades entre objetoso eventos (por ejemplo la observación de ciertas semillas se aferran llevó a la creación del velcro).

A la base del reconocimiento de oportunidades está el rol de la información, el mejor acceso y la habilidad superior para utilizar la información efectivamente. El reconocimiento de patrones comprende: reconocer relaciones entre tendencias, cambios y eventos que aparecen a simple vista desconectados entre sí; notar que esas conexiones forman un patrón identificable. Esto por supuesto está altamente influido por la estructura o marco cognitivo de la persona, por ejemplo prototipos, que ellos han desarrollado por la experiencia especialmente en ciertos dominios que le sirven como plantillas o guías.

A la base de la adquisición de recursos esenciales (financieros, humanos, informacionales) está gran parte del tiempo que el emprendedor ocupa y el fracaso de muchos de ellos se relaciona con esta aspecto. ¿Qué hace que algunos tengan mayor éxito que otros en la adquisición de recursos?. Las invesigaciones asocian esta respuesta a las habilidades sociales para actuar de manera efectiva con otros y a la habilidad para desarrollar redes sociales. Las habilidades sociales del emprendedor tienen su sustrato en la percepción social (la habilidad para percibir a otros acertadamente), la habilidad para mostrar una primera impresión favorable, la expresividad (habilidad para expresar emociones clara y abiertamente) y la adpatabildad social (adaptar las acciones al contexto social). El desarrollo de redes sociales está fuertemente influido por su capital social, es decir: por la habilidad del emprendedor de obtener beneficios de sus estructuras sociales, redes y miembros y de aprovechar la ventaja de ello. Deriva del conocimiento de otros, mantener una buena reputación y mantener una continua relación con los demás.

El emprendedor a menudo usa las redes sociales, los seminarios-eventos profesionales y a los mentores como fuente de información que contribuye al reconocimiento de oportunidades y la adquisición de recursos. Existe, entonces, una relación continua entre las variables cognitivas y las sociales al desarrollo del capital social del emprendedor.

El rol del afecto

La evidencia sugiere un importante rol del afecto en el proceso de emprendimiento. Típicamente el emprendedor opera en un entorno de condiciones caóticas, impredecibles y de rápido cambio que suponen reacciones afectivas fuertes. Muchos estudios muestran que la pasión del emprendedor, el poder de compromiso con su empresa, juega un importante rol en el éxito de aquella. Las emociones envuelven un complejo patrón de estados cognitivos, reacciones fisiológicas y comportamientos expresados.

Otras investigaciones han encontrado una fuerte influencia del afecto positivo del emprendedor sobre la voluntad de ayudar a otros (comportamiento prosocial) y cooperar. Dado que altos niveles de cooperación y de confianza entre co-fundadores de una empresa son importantes, los afectos positivos desarrollan comportamientos importantes para el éxito de la empresa. Además los afectos positivos influencian los procesos cognitivos tales como la memoria y el proceso de toma de decisiones (procesamiento automático, intuición) y en situaciones de incertidumbre los afectos pueden rápidamente ayudar encontrar y decidir por la primera alternativa más aceptable (estrategia de satisfacción), mientras que los afectos negativos parecen balancear hacia estrategias de maximización en orden a tratar de escoger la mejor alternativa. La primera estrategia es más útil para el emprendedor que suele operar bajo condiciones rigurosas de restricción de tiempo, ayudando al emprendedor a descartar información que no es importante o irrelevante.

El afecto positivo favorece la flexibilidad y ceatividad, más especificamente, aumenta la habilidad del individuo para pensar en formas más flexibles, creativas y facilitar el reconocimiento de patrones de oportunidades y la generación de ideas. Por otra parte, el entusiasmo “vende” ya que permite desplegar argumentos persuasivos y ayuda a encontrar fuentes de financiamiento.

Los afectos negativos predisponen a la rabia, intransigencia y reacciones agresivas; reacciones que pueden interferir con los esfuerzos del emprendedor. No obstante lo anterior, también los efectos psitivos están asociados a conductas de ilusionarse más de lo necesario de sus ideas o productos, de perder la capacidad de evaluar más críticamente o cuidadosamente sus ideas, pensar realizable una planificación estrecha en tiempos y pueden llevarlo a aceptar prematuramente o rechazar (en el caso de afectos negativos, por requerir actuar sobreseguro o sobreestimar la información negativa) oportunidades de negocio. Los emprendedores usan sus propios estados afectivos como fuente de información, de manera que si reaccionan positivamente a una oportunidad de negocio ella podría ser muy buena. También hay evidencia de que los afectos influyen en las decisiones y en situaciones percibidas como injustas (de oferta de repartición por ejemplo) la persona puede actuar contrariamente a sus propios intereses económicos.

Nacientes investigaciones apuntan a estudiar la diferencia entre el emprendedor exitoso y el menos exitoso en relación a la habilidad para autoregular su propio estado afectivo positivo y el mecanismo metacognitivo, que lo ayuda a monitorear sus propio rendimiento, sus fortalezas cognitivas y limitaciones en diferentes contextos.


Biblografía

The Cognitive Psychology of Entrepreneurship; Norris F. Krueger, Jr. 2003 Handbook of Entrepreneurship Research, 105–140


Behavior and Cognitive Factors in Entrepreneurship: Entrepreneur as the Active Element in New Venture Creation; Robert Baron; Nov 2007; Strategic Entrepreneurship Journal; p.167-182